Demasiado tiempo sin que el Inquilino diera señales de vida, llegó un momento en que pensé que me había abandonado, que ya no quería seguir teniendo conmigo esas conversaciones que a veces nos montan en la ola de la locura. Pero no. Simplemente el Inquilino estaba ausente, escondido, refugiado. Sí, quizá sea esa la palabra, refugiado. Cuando la tormenta le impactó de lleno, el Inquilino encontró un refugio en que el frio quedaba fuera y la lluvia no mojaba... Ha costado mucho esfuerzo, pero hemos conseguido convencerle para que se asome de nuevo al exterior para brindarnos de nuevo su mirada.
6 comentarios:
Que preciosidad de foto, me encanta ese cielo, ese verde, los charcos en el camino, es que..... no tiene desperdicio. Un saludo y felices fiestas.
Qué foto más bonita, las nubes, la luz, el humo, los charcos....
bucólica e impresionante foto a la vez. Me recuerda la típica imagen campestre de Yorkshire, que aunque no has señalado donde fue tomada, me da la impresión de que es por las islas británicas. Lo dicho una foto impresionante. Un saludo.
una toma muy impresionante! Has captado muy bien estos nubes amenazantes!
un abrazo
Con semejante rincón yo también me ausentaría. ¡Hombre! con lo acogedor que se muestra ese humo y lo cerrado que está ese cielo ¿para qué salir?
¡FELIZ NAVIDAD!
Me encanta...Muy bonita captura, muy bonita...
Abrazotes
Noemí
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